En este artículo, abordaremos sus orígenes y cómo ha evolucionado a lo largo de los años hasta convertirse en el producto que conocemos hoy en día.
¿Cuáles son los orígenes del vino?
La humanidad ha disfrutado del vino desde hace miles de años. Su aroma y sabor únicos han cautivado a personas de todas las culturas y épocas, y lo han convertido en un elemento esencial de muchas celebraciones y rituales. Pero, ¿cómo se originó esta deliciosa bebida?
El viaje para conocer los orígenes del vino comienza en el Neolítico. En este periodo, nuestros antepasados consiguieron dominar un aspecto clave para la vida tal y como la conocemos ahora: la agricultura. La revolución agrícola supuso la domesticación de plantas como el trigo, el centeno, la cebada o las lentejas.
Con el paso del tiempo, las vides silvestres (Vitis vinifera sylvestris) corrieron la misma suerte. No se sabe qué civilización tuvo la idea de fermentar el zumo de uva para beberlo, pero lo cierto es que este simple acto ha dado lugar a tradiciones, culturas y a una industria dedicada a ello. Tampoco se sabía con exactitud el lugar de origen, aunque se creía que era la región de las actuales Irak e Irán.
No obstante, según recientes estudios llevados a cabo por Stephen Batiuk y publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),
Georgia es la cuna del vino y la viticultura. ¿Por qué? Porque se han hallado restos de cerámicas con residuos de actividad vinícola en las regiones de Gadachrili Gora y Shulaveris Gora.
Además de situar el vino y sus orígenes en este país de Europa Oriental, este descubrimiento ha demostrado su antigüedad. Los restos datan de hace unos 8100 y 6600 años. ¡Casi nada!
Su evolución hasta la actualidad
Es difícil resumir más de 6 mil años de historia en este vasto planeta. Sin embargo, aquí te damos algunas pinceladas con los hitos más destacados que, como entusiasta de esta bebida, no está de más conocer.
Un elemento clave en las primeras civilizaciones
Las primeras civilizaciones de la humanidad, como Egipto o Babilonia, se establecieron alrededor de las cuencas de los grandes ríos de Oriente Próximo. Por aquel entonces, el vino era una importante bebida y se empleaba para diversos fines. Todo ello lo sabemos, en parte, gracias al Antiguo Testamento, donde queda constancia de su relevancia en estas regiones.
La llegada al mundo grecorromano
El consumo de esta bebida no tardó en extenderse hacia Occidente. El mundo clásico acogió enseguida el vino como uno de sus máximos manjares y lo consagró a sus respectivos dioses: Dionisio y Baco. Ambos eran muy venerados y con frecuencia se organizaban todo tipo de celebraciones y rituales en su honor. El Imperio romano aprovechó su expansión por Europa para plantar viñedos en las orillas del mar Mediterráneo.
El cristianismo y la viticultura
Tras la caída del Imperio romano, y con la difusión del cristianismo en la Edad Media, fueron los monjes los que se encargaron del trabajo de la vid. Igualmente, estos siervos de Dios se esforzaron por mejorar cada uno de los aspectos de la producción del vino. Durante este periodo, esta bebida formaba parte de la dieta diaria y del estilo de vida de la época, muy marcado por la religión.
Los inicios del sector
En la Edad Moderna, el crecimiento de las ciudades y del poder de la burguesía propició el desarrollo del comercio vinícola. Asimismo, cada vez había un mayor interés por sus propiedades. En el siglo XVIII, Burdeos se convirtió en una de las primeras regiones en apostar por una nueva forma de elaborar el vino basándose en su calidad.
De hecho, fue allí donde el fundador de Marques de Caceres,
Enrique Forner
, adquirió la experiencia necesaria para traer ese revolucionario modelo de vinificación a Rioja, con vinos mucho más afrutados y con más estructura; y unos vinos blancos y rosados más vivos y frescos.
España, un presente y futuro prometedores
Hablar del vino en España es hablar de
La Rioja
. ¿Sabías que fue la primera región en empezar a embotellar vino allá por el siglo XIX? Esto supuso un gran salto cualitativo, dado que, en otras zonas del país, el desarrollo de las prácticas enológicas fue mucho más lento. Aun así, esto no ha impedido que, a día de hoy, nuestro país brille como pocos en lo que a calidad y variedad de vinos se refiere.
La historia del vino es apasionante. Desde sus orígenes en el Neolítico hasta la actualidad, has comprobado que ha sido y es una parte fundamental de la vida y la cultura humana. A través de los siglos, ha evolucionado y se ha perfeccionado, pero continúa siendo una bebida que nos conecta con nuestras raíces y nuestro legado histórico.